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Por Jeremy Flores
Actor-Productor escénico.
Posse, de Raíz Teatro, con la dirección de Janil Johnson Vargas, y la
producción ejecutiva de Raquel García Vargas, nos posiciona frente a esos
temas a veces incómodos de hablar en público o con personas de poca
confianza. Poder, clases sociales, desempleo, tradiciones, y otros temas son
llevados a la escena de una forma “muy a la tica” característica
representativa de Raíz Teatro.
Posse fue presentada en el salón comunal de Barrio Saprissa, al llegar al
salón se siente un ambiente íntimo, la magia y el poder resiliente del teatro
independiente nos sumergen en la teatralidad de transformar un salón en
una sala teatral, una pequeña melodía ambienta el tiempo de espera antes
de iniciar el espectáculo.
Con las actuaciones de Katherine LaPey Peytrequín Goméz y Dayhana Garita
Ramírez inicia la puesta en escena, iluminada bajo el diseño y ejecución de
Felix Cuadrado Pacheco. Debo decir que me sorprendió, de buena manera,
ver un diseño de luces adaptado al espacio; sin embargo, las transiciones de
los cambios de luz fueron un poco abruptas en algunos momentos, tal vez
hubiera podido solucionarse un poco desde la programación del diseño, cabe
rescatar que el uso de los colores de la luz potenciaban las escenas
gratamente. El vestuario, confeccionado por Erika Boza Solís, y diseñado por
la directora del espectáculo, fue muy sencillo y cotidiano, aunque bastante
atinado, apenas para lo que requerían la puesta en escena, los personajes y
la trama. El diseño sonoro estuvo a cargo de la misma agrupación, la música
marcaba cambios de tiempo, espacio y realidades, también se utilizaron
audios de voz, los cuales daban una noción de lo que estaba pasando en
otros espacios y potenciaban las acciones de las intérpretes.
La puesta en escena usa la comedia y la sátira para criticar el sistema social y
económico de nuestro país, así como para mostrar diferentes personas o
“personajes” que contribuyen a la desigualdad que nos envuelve
diariamente, el desarrollo de la trama fue un poco extenso y el desenlace
algo abrupto, sin embargo, se disfruta y es entretenida porque es real,
cruda, actual y necesaria.
El espectáculo duró aproximadamente una hora, y el tiempo
definitivamente se pasa entre risas y reflexión, una vez más Raíz Teatro
logra hablar de esos temas que no se hablan o que evitamos hablar.
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